Democracia, ley y futuro

Por Jesús Guerrero. Portavoz del Partido Aragonés (PAR) en las Cortes de Aragón y presidente intercomarcal del PAR en Huesca

Lo sucedido estos días en Cataluña tras la sentencia del Tribunal Supremo duele, preocupa y quita el sueño. La violencia en las calles ha hecho retroceder la economía catalana, agitando la tranquilidad de aquellos que solo pretenden vivir en paz y dejar vivir.

El movimiento independentista herido, intenta reorganizarse sin cejar en su empeño desafiante pactando una moción entre JxCat, ERC y la CUP, admitida por el Parlamento catalán, a favor de la autodeterminación –reivindicando su derecho-, y en contra de la monarquía. Es como un “sigue y suma” sin respeto alguno a lo establecido, ahora desobedeciendo la sentencia del Supremo y cuestionando la obligación del cumplimiento de las leyes en un Estado de Derecho. Un desafío intolerable.

El Tribunal Constitucional ya avisó al presidente del Parlamento, Roger Torrent (ERC) y al resto de la Mesa de las consecuencias penales que sobrevendrían si sacaban adelante iniciativas contrarias a los fallos.  Pero Quim Torra parece haber olvidado la obligatoriedad de obedecer las normas democráticas, la sensatez en la que debe basarse toda política desde unas u otras ideas con responsabilidad, en paz y sin alteración del orden público. Erre que erre sin considerar la ilegalidad de un referéndum, ahondando en la ruptura y obviando las desastrosas consecuencias. Un despropósito indigerible.

No hay solución fácil al conflicto catalán a corto plazo. Lo deseable sería que > Contenido patrocinado

Skip

Ads by

recomendado por

las instituciones catalanas acataran la sentencia del TS, abandonaran el camino emprendido y volvieran a la legalidad. Pero, nada más alejado de la realidad.

No obstante, la sentencia del Supremo debe servir para avanzar en la resolución del conflicto. La unidad de los partidos constitucionalistas en ese cometido es inequívocamente esencial en el Procès independentista, que sin ninguna duda pervierte la democracia y atenta contra la convivencia pacífica. Resulta muy lamentable que Cataluña esté viviendo una grave situación de letales consecuencias sociales, económicas, culturales y de negativa trascendencia para la imagen exterior de España desde que el Parlamento catalán aprobara el Referéndum ilegal.

Por otra parte y en otro orden de cosas, la guerra comercial entre EE.UU, China y Europa, y el Brexit, entre otros muchos factores, hacen que, por otro lado, el crecimiento de la economía española se esté debilitando y que los mercados estén sufriendo una gran preocupación e incertidumbre. La nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, alerta sobre frenazo brusco de la economía mundial lo que provoca mucha inquietud a juzgar también por sus propias palabras: “puede lastrar a toda una generación”.

El “brexit” bloqueado por el Parlamento británico para el 31 de octubre contra el deseo y pronóstico de Boris Johnson -el Parlamento británico rechazó el calendario por 322 contra 308- es otro vector influyente que nos afecta de lleno. Según los últimos datos Gran Bretaña se sitúa en el cuarto puesto como cliente internacional de las empresas aragonesas, tras Alemania, Francia e Italia, con un volumen de exportaciones cercano a los 1.000 (986) millones de euros en 2015 (+12,5% respecto al año anterior y más del 22% desde el año 2010).

Y mientras, así las cosas y con todo, Bruselas exige a España que actualice sus cuentas.

Los ciudadanos estamos llamados a las urnas el próximo 10 de noviembre. Nunca como ahora ha sido tan necesario un Gobierno fuerte y estable. Está claro que gobernar con un presupuesto prorrogado añade a la economía española todavía más incertidumbre.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies