El PAR de Huesca pide a los grupos municipales un "equilibrio razonable" entre el recurso a la consulta popular y su legitimidad y responsabilidad democrática

El PAR de Huesca pide a los grupos municipales un "equilibrio razonable" entre el recurso a la consulta popular y su legitimidad y responsabilidad democrática

El Comité municipal de Huesca del Partido Aragonés ha valorado que la votación entre los vecinos que va a convocar el ayuntamiento oscense para designar a la persona o entidad que lanzará el cohete anunciador de las fiestas de San Lorenzo, «puede resultar inadecuada» y ha solicitado públicamente a los grupos municipales que acuerden un «equilibrio razonable» entre el recurso a la consulta popular y «la legitimidad y responsabilidad que deben ejercer por mandato democrático de los oscenses. Las consultas vecinales son una opción positiva que puede y tiene que avanzar pero sin que ello suponga restar credibilidad a la institución y a los instituidos». El Comité municipal de Huesca del Partido Aragonés ha valorado «con prevención aunque respeto», la decisión plenaria del ayuntamiento oscense por la que se convocará una votación entre los vecinos para designar a la persona o entidad encargada de prender la mecha del cohete anunciador de las fiestas de San Lorenzo, el próximo 9 de agosto. En opinión del comité, esta «consulta popular con candidatos propuestos por los grupos municipales, puede resultar inadecuada por diversos motivos».

Este comité ya reclamó el pasado año, al plantearse esta posibilidad de consulta, que «la medida debe ser bien gestionada» y tener en cuenta «las consecuencias en potencial deterioro de imagen pública que supondría para las entidades o personalidades que no fueran elegidas o que recibieran escasos votos por parte de los oscenses, a pesar de que su presencia entre los posibles distinguidos estuviera más que justificada y fueran acreedores a ese reconocimiento. No se trata de un concurso, ni cabe asimilarlo a la forma de selección del cartel de fiestas al que se presentan voluntariamente los autores -indica el PAR de Huesca-, sino que se trata de un honor con amplio significado, mucho más parecido a los receptores de la Parrilla de Oro, por lo que el ayuntamiento debe actuar coherentemente con esa relevancia y simbolismo para la ciudad y los oscenses, en lugar de organizar un ‘casting’. Además, se trataría en principio de una elección cerrada a las cinco candidaturas avaladas respectivamente por cada grupo municipal, por lo que cabe teñir de partidismo a los propuestos, excluir de inicio a quien también lo merezca, provocar comparaciones entre presentes y ausentes, motivar una rara campaña electoral, aparte de restringir una participación social completamente abierta y crear polémica estéril».

Junto a todo ello, el comité del Partido Aragonés entiende que «el ayuntamiento no puede tratar de eludir las potenciales críticas e incluso no tomar resoluciones, excusándose en la consulta vecinal, ni determinando a capricho qué se consulta o no. En el mismo pleno, por ejemplo, se aprobó abrir los parques al paso de perros o construir unas pistas de pádel, sin apelar a que fuera precisa una votación de los oscenses, como ha sucedido con el ‘txupinazo’ (así lo calificó el portavoz de Ciudadanos, grupo proponente de la medida)». Para el PAR de Huesca, «la participación siempre es positiva y las nuevas tecnologías cada vez harán más fácil promover y efectuar votaciones, por lo que las consultas vecinales son una opción que puede y tiene que avanzar pero sin que ello suponga restar credibilidad a la institución municipal y a los instituidos, alcalde y concejales. La legitimidad y responsabilidad que deben ejercer por mandato democrático de los oscenses no puede ser cuestionada, ni generar una dañina percepción de debilidad o inutilidad, como está sucediendo. La ciudad necesita un gobierno y los concejales deben priorizar el consenso político y social, asumiendo la crítica con normalidad, en lugar de convertirse a ojos de los votantes, en simples administradores o jefes de personal, como así sería si se aplica un concepto equivocado de la institución y las consultas, en que no haría falta ayuntamiento y todo absolutamente podría ser sometido a votación abierta o asamblearia (presupuestos, impuestos, urbanismo…), dando pie a una política de populismo y propaganda, alejada de los criterios idóneos». Por ello, el PAR solicita a los grupos municipales que «acuerden un equilibrio razonable con el rigor institucional preciso para no actuar en este serio asunto a golpe de moción».

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