Agua en la margen derecha del Ebro, una eterna espera

por Ramiro Domínguez. PAR Alcañiz

Como ya dijimos, comenzó el año lloviendo, y vaya que si llovió. Como ocurre en nuestra tierra, ciclos de sequía y lluvia (ver datos de la Confederación). Ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos, pero en esta ocasión se llenaron nuestros pantanos en un santiamén. Este recurso autóctono, agua, es energía. Parte la aprovechamos para nuestros regadíos, abastecimientos, etc., sabiendo que es poca y que necesitamos apoyo del Ebro; y otra parte de esta agua/energía se deja pasar para que, si no se evapora, haga energía eléctrica en Mequinenza o en Ribarroja de Ebro.

Cuando se comenzó a utilizar la energía eléctrica, en nuestro territorio se aprovecharon algunas infraestructuras hidráulicas antiguas. También se construyeron badinas y diques para hacer saltos hidroeléctricos y así fabricar electricidad en red distribuida; así, había en muchos pueblos su salto hidroeléctrico y su compañía eléctrica. Mencionar que hace pocos días se vendió una de las últimas compañías eléctricas autóctonas a una gran empresa española, de las del IBEX.

Con este «progreso» se decidió en España tener una red centralizada: construir saltos hidroeléctricos de más potencia, construir nucleares y térmicas para mantener esa gran red unida y centralizada, que fue poco a poco, y vía costes de mantenimiento, personal, etc., aniquilando todos estos saltos y esta pequeña industria eléctrica local por todo el país, incluida nuestra tierra. El progreso para unos es la muerte para otros.

Pasó el tiempo y pasaron las protestas antinucleares en Escatrón, Sástago y Chalamera. Se construyó una térmica, incluidas sus pintadas y valla en avenida principal diciendo «TÉRMICA NO», para así utilizar este carbón autóctono y hacer electricidad… central, refrigerada por agua tomada en «convenio» con el Sindicato de Riegos del Guadalope. El resto de la historia de la central ya la sabemos: el agua, 18 hm³, la tubería y la torre de elevación esperan la magia de una no ministra para fluir hacia Horca Llana y el Regallo o… el hidrógeno

Todo esto: agua, repito, agua que es energía, y que es lo único que nos desarrollará. Si no, miremos a Binéfar, Vencillón, Binaced… desarrollo agrario con agua regulada, en este caso en la balsa/embalse de San Salvador, sin tener que inundar ningún valle. Agua en el llano para el llano.

Con esta agua que es energía, alguien tuvo la idea y la visión de regularla, pensando en los que hemos venido detrás de ellos. Así se construyó el pantano de Mequinenza y el de Ribarroja de Ebro, este último como respaldo energético de emergencia a la nuclear de Ascó. Gracias a esto, y a la circunstancia cíclica de que había llovido y se llenaron los dos pantanos —recordemos cómo estaba de vacío Mequinenza hace dos años—, pudimos permitirnos el lujo de experimentar y tener un apagón, para que, gracias a estas dos infraestructuras y las tres centrales de ciclo combinado quemando gas extranjero (ruso, americano, de fracking, con su CO₂ incluido), poder rearmar la red eléctrica poco a poco siguiendo la línea eléctrica que va desde esas infraestructuras hacia el nudo Aragón, en Castelnou, y así conseguir energía gracias al agua.

Tengamos esto siempre presente: el agua/energía de nuestro territorio para generar riqueza, y la que sobre se reparte, exactamente como se reparte la energía eléctrica, que al fin y al cabo, la energía de las placas, los molinos y los embalses son trasvasados como con los trasvases de agua que ya existen. Elevemos y almacenemos en saltos reversibles esta energía/agua para desarrollarnos, protegernos de la sed de nuestros campos, del hambre y de los apagones. Agua/energía.

Y mientras tanto, seguiremos esperando: las balsas laterales del Matarraña —todas, incluida Pla Serrat, Comellares, Vall de la Figuera, Vall de Bertrán—; esperamos el salto reversible del Ebro para riego de leñosos y almacenamiento eléctrico, para no tener cortes energéticos; esperamos la elevación de aguas Vinaceite/Belchite; esperamos concluir el PEBEA; esperamos liberar las cabeceras de los ríos para el uso de los usuarios de dichas cabeceras y prevenir sus próximas sequías.

Pidamos: ¿y el agua y la energía del pueblo, para cuándo?


→ Publicado en ‘La Comarca’

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