Me alegra pensar que en esta provincia la mayoría de la gente ha superado esa actitud agorera, pesimista y triste que nos hacía proyectar una imagen de Teruel que no se correspondía con la realidad. Que somos pocos es verdad, nadie lo niega, pero que tenemos una tierra con recursos y posibilidades es algo que cada vez están viendo más empresas e inversores. Y eso es futuro, desarrollo y progreso para todos.
Las posibilidades en la provincia de Teruel para atraer grandes inversiones se convierten en iniciativas concretas, y se verán próximamente, con noticias que se harán eco de proyectos punteros para esta tierra, referentes a nivel europeo.
Y de lo que se trata es de que todas esas empresas que ponen sus ojos sobre esta provincia, atraídas por el esfuerzo de promoción que estamos haciendo entre todos -instituciones, empresas instaladas aquí, organizaciones empresariales pero también los propios turolenses que contamos nuestra tierra de otra manera- tengan, como se suele decir, una alfombra roja para instalarse. Que sea fácil. Hay que ser escrupulosos con el cumplimiento de la ley, pero que el papeleo y la burocracia no corten ningún proyecto ilusionante para la provincia.
Si a los atractivos de la provincia y las facilidades en las tramitaciones sumáramos las ayudas al funcionamiento, estoy convencido de que conseguiríamos revertir tendencias negativas. Las ayudas deben ser concretas y completas, para que de verdad sirvan para lo que están pensadas: una discriminación positiva para compensar, en términos de competitividad, la baja demografía y el envejecimiento de la población de la provincia, como ocurre en otras regiones de Europa.
Así que a esto tenemos que dedicarnos, desde las instituciones y las organizaciones empresariales, a seguir trabajando para apoyar a las empresas de la provincia y a las que puedan venir. Y un ejemplo de trabajo es Andorra, con decisiones que ayudan, como el reparto anunciado por el Ministerio de Transición Ecológica de otros 254 megavatios para renovables. Esto es sumar para todos. Y reafirma que Andorra puede ser el Dubai de las renovables, como hemos transmitido desde el Partido Aragonés, porque tenemos el potencial y la capacidad. Solo hace falta seguir creyendo.