Aragón y la Reforma local

(Comunicación de Presidencia del partido)

Lo resumía con acierto nuestra senadora Rosa Santos «Aragón no es mejor, ni peor que nadie, es simplemente diferente» e hizo valer nuestra singularidad territorial para que el Senado español enmendase el proyecto de Ley de reforma local. Mejoras al texto que han permitido reconocer de forma expresa nuestra singularidad y dejar en manos de la Comunidad autónoma la ordenación de sus administraciones locales y de sus competencias, siempre que se respeten los principios básicos de la ley. Cuestión con la que no estamos en desacuerdo: es necesario fijar las competencias que debe ejercer cada administración en aras de una mayor eficiencia en la prestación de servicios públicos. En lo que estamos en desacuerdo era en quien presta mejor ese servicio y si debe de ser el ministerio quien determine la viabilidad o no de un servicio. Cuestiones que se han resuelto satisfactoriamente.

Será ahora una ley aragonesa la que determine qué debe hacer un ayuntamiento en función de su tamaño, qué papel se reserva a las diputaciones provinciales como agentes de coordinación de los planes de obras y servicios fundamentalmente, y cuales ejercerán las comarcas que serán, además de las transferidas por la comunidad autónoma, todas las que le encomienden los municipios que por su tamaño no puedan prestar con garantías. Pero lograremos de esta forma que esa unidad de referencia en la asistencia a los municipios sea la comarca, una institución que se ha revelado como sumamente eficaz en las parcelas que ya gestiona.

Hay que reconocer que, pese al apoyo de la presidenta Rudi, no ha sido fácil convencer a los poderes de Madrid de que Aragón es singular y sus condicionantes demográficos y territoriales requerían de una excepcionalidad en la aplicación de la ley. En este sentido ha habido contactos a través de la Comisión Bilateral y ha resultado providencial la capacidad de negociación y convicción de nuestros tres senadores. Éste es un ejemplo más del hecho diferencial que supone contar con tres senadores aragonesistas que logren enmendar cuestiones que afecten a nuestra Comunidad y que los partidos de implantación nacional no atienden de forma suficiente. Y es un ejemplo más de cómo, desde dentro y de una forma colaborativa se puede hacer más que desde fuera o desde una posición de enfrentamiento.

Ese ha sido nuestro quehacer permanente, buscar la suma, el espíritu constructivo desde el que poder alcanzar acuerdos que si bien no son los que hubiese realizado un gobierno monocolor del PAR, sí han permitido dejar nuestra impronta política en infinidad de cuestiones que definen lo que hoy es nuestra Comunidad. El intenso trabajo que ha ocupado páginas completas, perdurará durante años en Aragón. Esa es nuestra aportación a esta tierra y lo que debe reconfortarnos y llenarnos de orgullo. Gracias Rosa, José María y Belén. Y a los que también han trabajado en la sombra.

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