Emilio Eiroa García
(Vegadeo, Asturias, 23 de agosto de 1935 – Zaragoza, Aragón, 10 de marzo de 2013).
Nació en Asturias y tras residir en diversas localidades españolas, todo ello a causa de los cambios de destino de su padre, profesional de la Guardia Civil, a los quince años se trasladó a Zaragoza. En la capital aragonesa, concluyó el bachillerato y estudió en la universidad, tanto la licenciatura de Derecho como la diplomatura de Graduado Social.
Ejerció la abogacía desde 1964, participando en procesos de gran repercusión, incluso con consecuencia personales, como la defensa de uno de los autores del atentado mortal contra el cónsul de Francia en Zaragoza.
Se casó con Purificación Lázaro y tuvieron dos hijos y una hija.
Fue fundador de ‘Aragón 2000’, «revista independiente para un Aragón unido», que se publicó entre 1976 y 1978, con gran incidencia en la convulsa época de la Trasición, cuyas páginas defendieron la personalidad de la sociedad y comunidad aragonesa.
Fue uno de los fundadores del Partido Aragonés, en 1977, donde ejerció la responsabilidad -entre otras- de secretario general bajo la presidencia de Hipólito Gómez de las Roces.
Fue Concejal del Ayuntamiento de Zaragoza de 1.974 a 1.983, primero por el tercio familiar y elegido tras los primeros comicios democráticos, ejerciendo diversas delegaciones como, por ejemplo, respecto a los barrios.
Fue diputado de las Cortes de Aragón en todas las legislaturas desde 1983 hasta 2002 en que renunció al acta de diputado.
Fue senador autonómico de 1987 a 1991.
Resultó elegido presidente de la Diputación General de Aragón en 1991, tras la decisión de Gómez de las Roces de no someterse a la investidura en un acuerdo PAR-PP que dio lugar a un nuevo gobierno de coalición, finalmente presidido por Emilio Eiroa.
Durante los dos años de presidencia, Aragón vivió una etapa de incuestionable progreso político, económico, institucional y social, en especial, con el impulso a la defensa de la Autonomía plena para la Comunidad y frente a un nuevo intento de trasvase del Ebro, proyectado por el gobierno central. Las manifestaciones de 1992, en Zaragoza y en Madrid, y de 1993, bajo su liderazgo, con cientos de miles de aragoneses, son hitos históricos de Aragón.
A consecuencia de todo ello, se puso en marcha diversas maniobras para hacer frente a esa tendencia aragonesista. En septiembre de 1993, una moción de censura que prosperó por la imprescindible colaboración de un diputado tránsfuga del PP, cerró su etapa en la Presidencia de la DGA.
Posteriormente, fue presidente de las Cortes de Aragón en su IV legislatura (1995-1999).
Tras su retirada de la política activa, fue Presidente del Patronato del Parque Natural de San Juan de la Peña y Hermano Mayor de la Real Hermandad de San Juan de la Peña, cargo que desempeñó con particular orgullo y emoción, fomentando mejoras en el monumento y entorno. El centro de interpretación de la naturaleza del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel se denomina, tras su ampliación y adaptación, “Emilio Eiroa”.
De carácter cercano, trabajador y decidido, su huella humana y política permanece.