Es hora de la gran política

Arturo Aliaga. Presidente del Partido Aragonés (PAR) y portavoz en las Cortes de Aragón.

6 meses. Ese es el tiempo que habrá pasado cuando nos dispongamos a cumplir con la nueva cita electoral el 26 de junio para decidir el futuro político del país. Ese futuro que no pudo ser tras el 20-D por la codicia de poder de algunos líderes políticos, más empecinados en lograr sus propios fines y en ignorar el interés general de la gran coalición que de esconder su propia intolerancia.

Esta vez acudiremos de nuevo a las urnas con la esperanza de poner fin a esa incertidumbre y al triste final que hemos vivido durante más de cuatro meses en los que los electores han soportado ríos de tinta monotemáticos, infinidad de minutos televisivos y multitud de testimonios y entrevistas en todo tipo de soportes mediáticos. Al final nada de nada. La cerrazón del líder socialista, el bloqueo y la falta de predisposición al diálogo para conformar un Gobierno de fuerzas constitucionalistas ha abocado al país a unas nuevas y costosísimas elecciones que pagamos todos. El pacto que tejieron Sánchez y Rivera no fue bien entendido por muchos de los electores que confiaban en que su voto iba a recorrer otro camino.

Un espectáculo de larga duración que ha supuesto una estafa para muchos votantes, que ha costado muy caro a la débil economía que aún tenemos, a las inversiones que se resisten y a la imagen exterior que proyectamos.
Nos enfrentamos a un nuevo examen que exige una nota alta imprescindible para acabar con la imposibilidad de conformar gobiernos estables de amplia base social que representen a la mayoría y supongan garantías de futuro. No sería buena idea que un resultado similar en un escenario parecido al del 20-D dispusiera al PSOE a jugar la misma baza que entonces.

Ahora, la diferencia más significativa de los próximos comicios es la coalición de IU y Podemos con la intención de dar el sorpasso electoral al PSOE y relegarle al tercer puesto. Esa espada de Damocles, Iglesias-Garzón, ha caído como una losa en Ferraz pero podría ser la clave para acabar doblegando al PSOE al pacto que no fue con el Partido Popular.

Así las cosas, ojo con el 26-J. Ahora más que nunca es necesario un gobierno serio, moderado, solvente que continúe las reformas emprendidas, siga promoviendo la creación de empleo y tenga proyección internacional. Un Gobierno de izquierda radical provocaría temores en la UE y pondría a España en una complicada situación en relación con mercados financieros. La sola idea de que eso pudiera ocurrir ya ha tenido sus efectos.

Hay muchas razones para apoyar la coalición PP-PAR que garantiza la democracia, la estabilidad y la consolidación de la recuperación económica de Aragón y España. Se necesita un Gobierno estable para que la economía no se resienta. Para seguir creciendo y ser cada vez más fuertes ante posibles perturbaciones financieras.

Tenemos claro también que este es un momento decisivo para todos y, aun desconociendo los resultados, sabemos que queremos contribuir a la reindustrialización de Aragón y España ayudando a las empresas a salir fuera y a crear empleo de calidad reforzando la capacidad exportadora.

Eso es lo que importa. Un Gobierno fuerte que tenga en cuenta a Aragón y continúe la senda económica de la recuperación.

En todo caso, el 27-J volverá a ser el momento de la política con mayúsculas. El momento de la gran política. Aquella que dé al traste con los fracasos e imposibilidades anteriores.

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