Felipe V de Aragón y VI de España

La proclamación del Rey Don Felipe supone un tránsito y unas expectativas que conjugan tanto la trascendencia histórica del momento y las circunstancias complejas que vivimos, como la normalidad y estabilidad de las previsiones constitucionales y la esperanza en el futuro.

El primer discurso de Felipe VI de España -que es V de Aragón, como también nos enseña nuestra Historia- ha puesto todo ello de manifiesto, en unas palabras que evidencian reconocimiento de las dificultades, sensibilidad social, compromiso ante las demandas de los ciudadanos, voluntad de colaboración con todos los actores públicos y privados que intervienen en la realidad del país, apelación a la cooperación y el consenso, determinación, cambios, perspectiva ante los desafíos del siglo XXI. Un discurso a la altura de la jornada, de las funciones conferidas a la Corona y de los retos por afrontar junto con la sociedad que el presidente y los senadores del PAR vivieron en directo, intensamente emocionados.

El Partido Aragonés, como expresamos y aplicamos en la acción política e institucional, coincide con el Rey al señalar la prioridad de atender a las familias y personas que se ven afectadas por los peores golpes de una crisis, especialmente laboral; profundizar en la convivencia y respeto a la pluralidad señalados por la Constitución; afrontar el clima ciudadano de desapego hacia la política y sus representantes recuperando credibilidad. El PAR apuesta por renovar cuanto sea necesario sin necesidad de emprender aventuras inciertas ni romper el marco de consenso que presidió la Constitución; sólo el consenso y el respeto a la ley permitirán afrontar las reformas necesarias.

El modelo de Estado ha estado bien presente en la jornada de proclamación, desde la fórmula del juramento por el respeto a «los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas» hasta amplios pasajes del discurso del Rey con mensajes rotundos respecto a la «unidad que no es uniformidad» o la mención al Principado de Gerona. El PAR, firme defensor del autogobierno de Aragón, como derecho que corresponde a esta Comunidad histórica y al pueblo aragonés y como herramienta eficaz contra la crisis, asume de nuevo al igual que en toda la trayectoria de esta fuerza política, el llamamiento a la igualdad, la solidaridad, la convivencia, el respeto a la ley y a los sentimientos de todos, garantizados por la vigente Constitución, con miras a reforzar sus principios desarrollando más la Autonomía por y para los aragoneses.

Este relevo histórico ha aunado la normalidad y estabilidad que antes indicábamos con la convicción sobre la capacidad de nuestra sociedad e instituciones para resolver juntos y definitivamente los problemas actuales, contando con la integración de todos desde la diversidad de individuos, colectivos y territorios. Por tanto, es un hito de confianza y esperanza, que el PAR comparte.

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