Rueda de prensa del secretario general del Partido Aragonés y portavoz del PAR en las Cortes de Aragón, Alberto Izquierdo, en apoyo a las reivindicaciones de los agricultores y ganaderos y planteando acciones que correspondan a sus demandas, así como valoraciones en torno a estas movilizaciones.
El vicepresidente del Partido Aragonés, Roque Vicente, ha anunciado este jueves en Aínsa (Sobrarbe) que el PAR mantendrá reuniones con las cuatro organizaciones profesionales agrarias aragonesas (UAGA, Asaja, UPA y ARAGA) con el fin de unir esfuerzos en la defensa de la agricultura y la ganadería como sector estratégico de Aragón. Vicente ha visitado una explotación agraria y remarcado “el compromiso del PAR con una actividad determinante para el futuro de esta tierra”, “una de las banderas identitarias de nuestra formación política”.
Presenta una propuesta al pleno en defensa del sector agroganadero y el medio rural, “estratégicos en Aragón”
Esta medida, que ya se aplica en las ayudas agroambientales, permitiría suprimir los derechos históricos en Aragón sin contar con el criterio de otras Comunidades autónomas. Además, aseguran que el 40% de las ayudas las perciben mayores de 65 años lo que impide el relevo generacional e incide negativamente en la despoblación del medio rural turolense.
Lucía Guillén, portavoz parlamentaria del Partido Aragonés en Desarrollo Rural, ha señalado que la festividad de San Isidro Labrador este martes, “es una oportunidad de reivindicar consideración para el campo aragonés” frente “a demasiadas trabas, inquietudes e incertidumbres”. En esa línea, Guillén ha reclamado “unidad social y política” ante una “perspectiva tan determinante” como la reforma de la PAC y ha reafirmado la trascendencia que el PAR otorga a la agricultura y ganadería como sector estratégico de Aragón.
La diputada del PAR en las Cortes, Lucía Guillen, rechaza la reducción de la financiación que lleva la UE en su presupuesto (2021/2027) para la PAC (5%) y los fondos de cohesión (7%), una propuesta que tacha de “sinsentido” ya que afecta al medio rural aragonés, incide directamente en las familias que viven de la producción de alimentos y ayuda a “aumentar la despoblación en lugar de disminuirla”.