Empieza el verano y con él la habitual llegada de veraneantes a nuestros pueblos. En algunos pueblos como el mío se multiplica la población por diez, mientras que en otros no tanto, aunque es fácil que de media se cuadriplique la población en nuestra provincia.
Normalmente todos los municipios contratan personal para poder hacer frente a toda esa población flotante que nos visita dándole unos servicios de calidad y acordes a la situación (se agradecen las ayudas que a tal efecto presta la Diputación Provincial de Teruel).
Esto que para nosotros es ya lo más normal parece que una vez más no lo entiendan los responsables de los servicios sanitarios y hospitales que, lejos de reforzar sus servicios, nos sorprenden una vez más con cierres de plantas en unos hospitales y reducciones de camas en otros.
Este año reducen 32 camas en el hospital Obispo Polanco de Teruel, y una planta entera en el hospital San José de Teruel (una barbaridad). Parece ser que el hospital de Alcañiz también podría sufrir cierres.
Se puede entender que en ciudades como Zaragoza, que en agosto se queda medio vacía, ya que la mayoría de sus habitantes se van de vacaciones (muchos a nuestros pueblos), se reduzcan camas si realmente no son necesarias, pero la realidad de la provincia de Teruel es bien distinta y, por lo tanto, parece que requiere otras medidas menos drásticas si lo que queremos es dar un buen servicio a nuestros vecinos y visitantes.
Para esto sería bueno que no extrapolaran la realidad de Zaragoza a Teruel ni a Huesca, dimensionando los servicios de manera acorde con la realidad. También sería necesario reforzar los servicios de los centros de salud, tan imprescindibles para la atención primaria en nuestros pueblos.
Mientras tanto y visto lo visto si me admiten un consejo:
¡No se pongan malos!
→ Publicado en La Comarca